El problema básico para la enseñanza aprendizaje siempre ha sido conocer cómo las personas representan mentalmente su conocimiento acerca de lo que les rodea, cómo operan con esas representaciones y cómo éstas pueden construirse, re-construirse y adaptarse tanto a contextos escolares como ambientes cotidianos. En la adquisición de tales representaciones se ubican aquellos que sostienen que se originan en modelos proposicionales puros y quienes resaltan el valor funcional de las imágenes mentales en la construcción de estas representaciones.
Desde esta perspectiva de enseñanza aprendizaje merece particular atención la comprensión, la interpretación y la descripción de los procesos que conducen a la construcción del conocimiento, más que en la definición de reglas que lo posibilitan.
Las representaciones mentales son construcciones hipotéticas que tiene el sujeto para comprender y explicar un fenómeno, las cuales pueden diferir marcadamente en su contenido. Cuando nos enfrentamos a un fenómeno determinado, el contenido de las representaciones mentales que construimos depende de las preguntas que nos queremos responder, depende de las necesidades, intereses y emociones del individuo.
Es decir, cuando el sujeto conoce el mundo, interviene tanto lo que éste es, como las ideas que de él tenemos, y es la interacción entre estas dos dimensiones, la externa y la del mundo de las ideas, la que nos permite construir las representaciones.
Lo anterior nos permite aclarar, que las representaciones mentales son lo que las personas tienen realmente en su mente y lo que le guía el uso de las cosas. En su construcción influyen, la percepción visual, la comprensión, el razonamiento, la interpretación simbólica (hermenéutica).
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